18 de setiembre de 2012

Y bueno,
de eso estoy hecho:
De cenizas, de acero, de agua, de fuego y barro
que se escapa entre los dedos
de quienes penetran mis murallas
y corren
despavoridos.

Porque de eso se trata el ejercicio diario de mi yo,
de anotar puntos en contra de mí mismo
y cargar el peso muerto de mi sinceridad viva.

De eso estoy hecho:
De ausencia, de vacío, de exceso y de grises.

Y yo entiendo
-claramente-
que no hay futuro para tal receta
en el diagnóstico del mundo.