10 de febrero de 2008

TU DIOS ES STRETCH

La vida es XL, tú eres S, tus expectativas son M, tu egoísmo es L y tu futuro es XS. Pero, como tu dios es stretch, se acomoda cada vez que lo estiras con un "sentidísimo" ¡Dios mío!, de esos que hasta los ateos usan para encajar.

El domingo es día santo, el día para la familia. Los demás 6 días son días antro, los días más familiares. El lunes entra, el viernes sale. El sábado es comodín para el que no trabaja, pero incomodín para el que sí.

El box es como las corridas de toros, pero en blanco y negro y entre iguales. Las abuelas van al casino a ver si algún día ganan más de lo que gastan. Los programas periodísticos son la feria más barata y los noticieros una última cena donde Judas es traicionado por Jesús.

La política es sucia. Pero eres tú el que no se baña. El vampiro hoy viste terno y no capa, la capa es para los caballeros, y ya no hay. Una fotocopiadora es la prolongación del sufrimiento, pero más barata y de menor calidad. Calidad calca.

Tu dios es stretch. Pero, cuando tú estás despierto, es un bostezo interrumpido, una canción sin letra, una empanada sin relleno, una astucia sin guiño de ojos, una caricatura hecha con tinta china en un pedazo de papel higiénico.

Estira a tu dios para que te salve de mi pluma. Disculpa si te molesta que no sea como tú, un títere, y sea una granada. Mis esquirlas se suman a tu acné cerebral, y no hay dermatólogo que te cure. No me pidas que haga algo contigo, porque yo nací para hacerte algo a ti.

Tus matemáticas no me gustan: yo no me sumo, multiplico las formas de dividirme para sustraerme de tu mundo. Y, definitivamente, no tenemos un común denominador. Tú eres par, yo impar. Por eso tu dios es stretch y el mío es mi piel.

Cuando tú dices "nosotros", yo sé que quisiste decir "yo".

ACERCA DEL SIMPLE

El simple es dueño de sí mismo, es quien aprendió a cuestionar las enseñanzas de sus antepasados, los repetidores de cuentos.

El simple es un iconoclasta y un hereje por naturaleza.

El simple sabe amar y odiar con la misma intensidad y sin confundir sus sentimientos.

El simple no gasta sus energías en pedir y esperar, las invierte en buscar y cuestionar.

El simple no se hace el mártir, si tiene que mentir y ocultar su simpleza, lo hace para seguir viviendo, porque no espera recompensas ni teme a castigos de un ser externo a él.

El simple no tiene fe en nada que no pueda controlar ni espera nada que no pueda lograr con su propio deseo y esfuerzo.

El simple reconoce que ser simple en este mundo complicado es doloroso, pero que, a su vez, eso lo llena de emoción y éxtasis.

El simple siempre está queriendo suicidarse, pero no tiene el valor para hacerlo.

El simple se sabe peligroso y se infiltra entre los complicados, es tan buen actor que llega a parecerse a ellos y hasta pueden creerlo el mejor entre ellos. Se ríe con ellos, come con ellos, baila su música, pero sabe que no es de ellos.

El simple odia profundamente a los complicados, pero nunca los incomoda, salvo cuando ellos lo incomodan a él.

El simple tiene un solo mandamiento: "Trata como te tratan y nunca pongas la otra mejilla".

El simple jamás se esfuerza por caerle bien a quien no le cae bien.

El simple es el que acepta su naturaleza y su multiplicidad, no se cubre de preceptos y bellezas inventadas por los históricos poseedores del poder.