25 de agosto de 2009

Quiero

Que tus ojos se posen en mi parca sonrisa
y me limpien el dolor con su cristal.
Que tus manos rocen mis labios
en el silencio de un intrépido ritual.

Que tu recuerdo no se marche de mi mente
y el olor de tus incendios llene el llanto.
Que las piernas de tus cielos acojan mis desengaños
y en su regazo me cubran con tu paz hecha manto.

Que tus cantos sean pócimas de embrujo
y las ondas de tu voz sean mi naufragio
Que el viento de tus sílabas más tiernas
sea más sabio que el más útil de los adagios.

Que la sangre que resbala por mis venas
pulse al ritmo de tu nombre y de tu sueño.
Que el primero de los hombres que haya amado
se sonroje al verme que me has hecho tu dueño.

Que los pájaros del monte hagan su nido
en mi alma acongojada por perderte.
Que los músculos del espacio besen estrellas
y que los planetas se detengan al yo verte.

Que tu sudor y el mío creen nueva música
en instrumentos hechos de deseo y perdición.
Que tus piernas y las mías se entrelacen
en eterna sinfonía de impenitente pasión.

Que las rimas de estos versos sean perfectas
como lo es el recuerdo de nuestras madrugadas.
Que la pena de perderte no me mate.
Que mis nuevas vidas no nazcan asfixiadas.


2 comentarios:

  1. En el regazo de tu poema,buscare la paz en aquel manto amical del recuerdo,para llegar como una suave brisa de verano .

    Consuelo.

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  2. Muy bueno, felicitaciones!!

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