Anoche…
No hubiera dormido anoche…
Me encontré con los que ya no están,
con quienes
algún día
me estrecharon en un abrazo
y prometieron estar a mi lado
en las malas y en las buenas:
“Somos amigos, somos hermanos.
Nunca, nunca te dejaré”.
Seguí sus huellas,
busqué sus miradas,
olí sus perfumes…
Pero yo no existía.
Y, al despertar,
miré mi vida
y cuánta falta hoy me hacen.
Y no estaban.
Era cierto.
Ni uno de los que vi en mi sueño
hoy siquiera piensa en mí.
Y maldije a mi desvelo
por haberse permitido
ser domado por Morfeo
(ese traidor).
Paz sentiría
si supiera
siquiera
en qué les he fallado.
Y no sé si los extraño…
hoy que sé
que sus abrazos fueron farsas…
que sus sonrisas fueron grietas…
que sus te quiero fueron efímeras brisas…
y que el mañana prometido
hoy es solo ayer pisoteado.
Anoche…
No hubiera dormido anoche…
No era esta la manera
en que quería volver a verlos.