8 de diciembre de 2010

115

El aire de un nuevo adiós resopla en mi oreja.
No sé si es un socarrón susurro de la muerte
o
acaso
una afable nueva oportunidad de la vida.

9 de octubre de 2010

Extraño


Anoche…

No hubiera dormido anoche…

Me encontré con los que ya no están,
con quienes
algún día
me estrecharon en un abrazo
y prometieron estar a mi lado
en las malas y en las buenas:

“Somos amigos, somos hermanos.
Nunca, nunca te dejaré”.

Seguí sus huellas,
busqué sus miradas,
olí sus perfumes…

Pero yo no existía.

Y, al despertar,
miré mi vida
y cuánta falta hoy me hacen.

Y no estaban.
Era cierto.
Ni uno de los que vi en mi sueño
hoy siquiera piensa en mí.

Y maldije a mi desvelo
por haberse permitido
ser domado por Morfeo
(ese traidor).

Paz sentiría
si supiera
siquiera
en qué les he fallado.

Y no sé si los extraño…
hoy que sé
que sus abrazos fueron farsas…
que sus sonrisas fueron grietas…
que sus te quiero fueron efímeras brisas…
y que el mañana prometido
hoy es solo ayer pisoteado.

Anoche…
No hubiera dormido anoche…
No era esta la manera
en que quería volver a verlos.

11 de setiembre de 2010

Tu noche fue mi luz

Ni la vista refulgente de un castillo
a orillas de un mar oscuro
habitado por millones de matices
y nutrido por trillones de sabores
se atrevió a distraer la hermosura de tu mirada.

Las luces de la costa eran magros espectros
al lado del calor de tu sonrisa.
Esa sonrisa que me persiguió por horas
y que ahora me lastima
por no tenerla frente a mí,
aunque el recuerdo de su universo
me hace
no querer dormir,
ya que ninguna fantasía
podría compararse con sus maravillas.

Tu seráfica voz rogando que te cante,
mi timidez queriendo dormir en tu paz,
tus pasos telúricos destruyendo mis cimientos,
tu aroma a pasado arrinconado y promesa de futuro,
mi silencio ante el hechizo de tu sola presencia…

El abrazo de tu medianoche
es uno que quisiera que fuera el del primer día
de una vida que es probable no me merezca…

El arrullo de tu piel
tal vez sea el sereno viento
que falta para que mi barco leve anclas
hacia el astral horizonte de mi mundo real.

Tal vez nunca te merezca,
tal vez no pueda darte un ápice de lo que deseas,
a lo mejor no puedo ni alcanzar el verme reflejado en tus mágicos ojos una vez más,
es posible que ni llegue a ser premiado con el blando gusto de tus besos…

Pero solo el haberte visto mirarme así,
solo el haber tenido que esconderme detrás de mí mismo
para descubrir de reojo el cielo en el que me encerraste,
es suficiente para redimirme de mis más lúgubres infiernos.

No tengo nada para darte
ni siquiera el valor de tomarte de la mano.
No tengo nada para salvarte
del dolor que sientes al recostarte
sola
en tu cama.

No soy tal vez el ave que deba encumbrarte a tus ilusiones.
No soy tal vez quien deba escribirte estas líneas de esperanza
ansiando apagar tu llanto.
Pero soy por lo menos quien esta noche,
en un indestructible abrazo
-el primero de tu nuevo año-
sintió que su mundo errático y sin órbita
se ordenaba en tus ardientes poros.

Si hay algo más que puedas darme,
si algo siquiera pueda darte yo,
no lo puedo saber
ni quiero ser tan temerario como para esperarlo.

Me basta para morir sonriendo el saber que esta noche
-tu noche-
estuve en tu mente.

No quiero saber nunca que no estaré a tu altura.
Prefiero guardar esta noche.
Con tus abrazos.
Con tus atisbos.
Con tus suspiros.
Con tus preguntas…

Si eso es todo lo que merezco de ti,
que ello sea entonces lo que me haga más feliz que ayer.

Que esta, tu noche, lleve mi nombre, es todo lo que necesito.

04NOV2009

20 de agosto de 2010

Golpe de muerte

Amo las calles vacías,
aquellas en las que el cielo no ha vertido su condena
ni el infierno su blanda piedad.

Era una noche de calle vacía,
caminaba escoltado por mis escombros,
mi reflexión recordaba aquellos días
en los que mi imaginación le imploraba a mi experiencia.

Minutos después,
sitiado por el ruido del silencio invidente,
mi experiencia cubrió la boca de mi imaginación
la arrastró a un callejón y la saqueó.

La tomó del cuello y la empujó contra la pared,
le taladró la yugular
con el arrebato del cariño infinito
y la abandonó a su suerte
en un orgasmo desahuciado.

Le robó sus ropas
y las echó al riachuelo del tiempo
y le dijo de lejos que sus servicios
ya no le eran necesarios,
que la realidad la había arrasado hacía mucho.

Y le arrojó una moneda desgastada…
“Es para que elijas tu destino”.
Y se rió como las risas inventadas.
Y no miró para atrás,
no, nunca jamás.

Mi imaginación ni se arriesgó a pararse.
Y, mirando la moneda con ojos de esperanza dilapidada,
puso dos dedos sobre ella y la llevó mansamente
hacia la llaga que jamás cerraría.

Amo las noches vacías…
en las que nadie ha llenado el espacio
con sus lapsos, con sus quimeras.

Amo las noches vacías
en las que tus vacíos son mis llenos,
en las que el atajo se vuelve la meta.

En las que mi frío alumbra más que tu Sol.

19 de mayo de 2010

El esqueleto que me queda. ¿Qué me queda?


Me tildaron de todo. Y sus faltas ortográficas nunca me hicieron reprobar el curso de su prejuicio. Pero tener resistencia al dolor no significa que no duela. Al fin y al cabo, ¿acaso las cicatrices no son marcas? Y las mías son registradas. La patente la tengo yo y nadie me la quita. Y nadie la puede usar. Por eso es que me dicen tantas cosas, pero nadie sabe lo que soy porque nadie sabe lo que quise ser ni lo que quise dejar de ser. Entonces, tampoco sabrán si lo pude lograr.

Mis actos son tan inexplicables como mis omisiones y las [in]conclusiones de ambas son mi CV. Contrátame o no, no me importa. Yo soy dueño de algo que no cuesta. Lo único inmortal para ti es el dinero. En cambio yo, inmortal[izado], cada vez que doblo un billete, mato un héroe.

Dadas las circunstancias, lo único que me interesa es la circunstancia en la que ruedan los dados. Dada, dadá, burlesco, grotesco.

Mi iglesia está en mi corazón, mi cruz son mis brazos abiertos al futuro colgando de una columna vertebral que sostiene mi pasado. Mi corona de espinas me hace rey por dentro, y sangra más que la de tu Cristo en la pared. Usando mi boca en lugar de mi puño: así me abrí paso de un Gólgota al siguiente.

Destroza mi vida. ¿Qué de bueno tiene ser tú mismo? ¡Qué bueno es ser tú mismo! Ese es mi estilo, mi estilógrafo, mi pluma, pluma de Ave Fénix. Creador. Dios. Demonio. Hombre. Mujer. Niño. Pintura. [Auto]autopsia. Despierto hoy siempre, pero también siempre deseo el mañana. Nada que agradecer a la limosina de la vida. Baja en el siguiente paradero o sigue, no me interesa. Total, esta es una inversión [de valores] que no deja intereses. Inversión de la perversión. Terno = máscara. Termo = frío. Calienta y haz clic en lugar de hacer bum. Ese es el himno de mi Nación Fría.

Tu dios es tu aliento. Déjame mirar dentro de ti... sigo mirando... sigo... pasan los días y sigo... Mejor miro dentro de mí. Ya. Encontré lo que buscabas. Porque miré dentro de ti y no me importó si tu mundo terminaba hoy. Te perseguí dentro de ti y te escondías, pero no estabas jugando a las escondidas porque tu luz es realmente oscuridad. Y tú eres murciélago. Y yo vampiro.

Tu sonrisa de Blanca Nieves escondía al enano que realmente eres. Por eso no te vi. Es que yo miraba hacia arriba. Arriba no estás tú, está tu personaje. Eres un casting permanente de ti mismo. Tu maquillaje es tan perfecto... pero no hay que maquillarse los ojos. Sin maquillaje eres una perra con súper ego. Ladra, ¡ja! Eres muda, una perra muda. Al fin y al cabo, lo que interesa es cómo muevas la cola. A nadie le importa un carajo tu correíta, tu chompita y el apellido del veterinario.

Fútbol, política, cuentas de banco y marcas... Después de eso, tus dragones te esperan y por eso no llegas al borde nunca. Yo vivo en el borde y he visto a mis dragones a los ojos. Se les apagó el fuego, les puse los cascabeles y bailaron para mí. Hoy mi tierra ya no es plana. Mis dragones impulsan mi barco. A lo que temo es al mar, porque no se deja llevar por los vientos que soplan ustedes, la suma de movimientos de cola. Mis dragones son cachorros. Pero, no creas que son distintos, son iguales o más fuertes que los tuyos. La única diferencia es que tus dragones son bailarinas de un club de strip y los míos los choferes que me sacan de tu club.

Donde tú quieres entrar yo quiero salir.

Tu dieta es mi engorde. No entramos en la misma página de un libro. ¿Quién lo escribe? El tuyo, tu dios y tu diablo. El mío, mis estrellas, mis planetas, mi odio y mi amor. La pureza de mis cantos arrulla al demonio que nace en tu sonrisa y muere en tu llanto. Porque ríes de dolor y lloras de esperanza.

Satanás es mi ídolo. Y yo soy un iconoclasta. Tu dios es tu ídolo. Y tú eres el Presidente del club de fans. ¿No es él quien siempre mata a la superestrella?

1 de febrero de 2010

Al final

¿Al final de qué camino residirá
aquella suave mirada que me colme
de claridad cuando todo se oscurezca?

¿Cuánto debo esperar para encontrar
el perdón de todos mis pecados,
la cura para todas mis heridas,
el remedio para todos mis males?

¿A qué estrella debo rogar
que la próxima voz que me diga
que nunca me faltará
que siempre estará a mi lado
sea la voz que me arrulle en mis minutos finales?

Sería cobarde negar
que tengo que pagar
que he herido
-como también me han herido-
pero cada día la balanza pesa más de mi lado…

Y solo quiero que mis latidos encuentren la paz
y no duden de la pasión
ni de la calma.

Mi alma ya atendió muchas promesas
ya sangró muchos abandonos
ya condensó muchos vinos amargos
ya voló
–mil veces-
en mil pedazos.

¿Al final de qué sendero
está el arroyo que calmará mi sed,
el amor que no diga que no tiene condiciones
para luego tomarme examen con su manual
sin darme ocasión de ser yo mismo?

¿Cuándo será el día en que las palabras
signifiquen lo que las miradas parecen decir?
¿Cuándo la noche en que una voz diga te amo
sin esperar que mi amor quepa en su molde?

¿Cuándo podré creer a alguien
después de que me han dicho una y otra vez
que nunca me dejarán
que no permitirán que me quede solo
que siempre estarán conmigo
que tendré siempre su amor incondicional
pase lo que pase?

¿Cuándo conseguiré que el amor de un día
no se vuelva odio y venganza al otro
porque no sonreí en el momento preciso
porque no callé cuando lo esperaban
cuando no entendí un olor o una caricia?

¿Cuándo la vida me recompensará
y dejará que alguien entienda
que mis abrazos son más fuertes que mis errores
que mis miradas son más reales que mis caídas
que mis besos recitan mejor que poemas mal declamados?

¿Al final de qué pozo
encontraré por fin a la mujer
que cuando estuve al borde
intentó luchar
porque no me cayera desde un principio?

Seguiré esperando…
Sin esperanzas…
Pero seguiré…

Porque sé que mi alma ama
y se entrega cuando lo hace,
aunque le duela, aunque se equivoque
aunque la calcinen y la condenen.