20 de agosto de 2010

Golpe de muerte

Amo las calles vacías,
aquellas en las que el cielo no ha vertido su condena
ni el infierno su blanda piedad.

Era una noche de calle vacía,
caminaba escoltado por mis escombros,
mi reflexión recordaba aquellos días
en los que mi imaginación le imploraba a mi experiencia.

Minutos después,
sitiado por el ruido del silencio invidente,
mi experiencia cubrió la boca de mi imaginación
la arrastró a un callejón y la saqueó.

La tomó del cuello y la empujó contra la pared,
le taladró la yugular
con el arrebato del cariño infinito
y la abandonó a su suerte
en un orgasmo desahuciado.

Le robó sus ropas
y las echó al riachuelo del tiempo
y le dijo de lejos que sus servicios
ya no le eran necesarios,
que la realidad la había arrasado hacía mucho.

Y le arrojó una moneda desgastada…
“Es para que elijas tu destino”.
Y se rió como las risas inventadas.
Y no miró para atrás,
no, nunca jamás.

Mi imaginación ni se arriesgó a pararse.
Y, mirando la moneda con ojos de esperanza dilapidada,
puso dos dedos sobre ella y la llevó mansamente
hacia la llaga que jamás cerraría.

Amo las noches vacías…
en las que nadie ha llenado el espacio
con sus lapsos, con sus quimeras.

Amo las noches vacías
en las que tus vacíos son mis llenos,
en las que el atajo se vuelve la meta.

En las que mi frío alumbra más que tu Sol.


1 comentario:

  1. Wow! Miraflores 3am un día de semana, todos duermen el callejón es entre la Parroquia y el municipio ese es el escenario principal en mi mente....¡talento total! se me antoja algo bizarro dice mucho del autor, buen momento de inspiración.

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