11 de octubre de 2007

Redefinir

La grandeza de una persona tiene distintos rostros. La vida nos enseña muchas cosas y esta semana he aprendido que es necesario redefinir.

Hoy me siento grande porque he comprendido que estaba equivocado. Una cosa es ser y otra hacer. No puedo seguir mezclando el ser con el hacer. Mi esencia no está en mi hacer, sino que debiera manifestarse a través de éste.

Nunca más quiero ser una sola cosa forzado por el hacer. Quiero dejar libres a mis muchos yos y no temer a que convivan simultáneamente. No quiero volver a ser un tiempo divino y luego profano, primero egoísta y más tarde despreocupado de mí mismo, un día autista y al otro sociable. Quiero vivir una nueva experiencia en mi vida, la de hacer convivir en mi hacer cotidiano a todas las manifestaciones del yo que con tanto esfuerzo he construido a través de los años.

Puedo ser yo de muchas formas y a la vez, haga lo que haga. No más debo encerrar algunas partes de mí tras las rejas de un yo temporal que teme se infiltren las demás gotas del mismo mar.

Para reconciliarme con mi mundo externo (hay mucho con qué reconciliarme), primero haré que los habitantes de mi yo se amen los unos a los otros y puedan convivir en cada respiro, en cada latido, en cada suspiro. No más competencia, se acabó la división, murió desde hoy mi monólogo interno y empieza la era de la libertad.

30 AGOSTO 2005

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