11 de octubre de 2007

Via Ficticius

De los cabellos te arrastraré
por el sendero que lleva a mí.
Golpeando con rocas
(hechas de mi orgullo)
tu esencia,
de tu tierra santa te excluiré.

Elevado por mi maldad
relevarás a tu pasado.
Con el azote de tu impaciencia
trenzaré en tu espectro mi verdad.

Expulsado del limbo de tu indiferencia
por el tiempo que para ti mismo no encuentras,
mi soplo, que hinche tu espíritu,
cambia en purgatorio tu
(paraíso para ti / infierno para mí)
existencia.

El atajo por el que te llevaré
te precipitará contra mi presencia.
Y tus dioses –ay-
¡cómo se defecarán!
¡cómo se desmayarán!
por cada pecado que te extirparé.

La idea de verte ante mí
-perdóname, miserable y prescindible-
excita mi descuido
y vuelve tiernos y lúdicos
(creativos de creadores)
pecados que en ningún tiempo anterior vi.

Te consumes porque sea tu Cristo
porque la meta de tu vida sea servirme.
¿Mereces acaso tal socorro?
Ni siquiera para remedarme estás listo.

¿Duele verte en mí?
Cómete tu vómito, suicida.
¿Duele verte en ti?
Camina, allá está la salida.

Rebotarás en el espejo de tu llanto...
La fosforescencia de mi alma
[pura]
excava tu vacío.
Procederás
[eternamente]
con sigilo buscando
siquiera una fibra de encanto.

Tú serás mi dios,
Te ataviaré de encaje
(oro, almíbar, incienso, flores)
y magenta.
Te coronaré de aguijones
Y te atravesaré con tachuelas
(con dos y más abajo otras dos).

Pero, no, no te resucitaré.
Que de tal proeza
(que requiere destreza)
se encarguen tus gusanos.

La magia de hacerte notarte en ti
hará que brotes de nuevo
y que riegues tu vida pasada
con gotas de rocío que nunca lloví.

Las letras en tu vía son de sangre
aunque las envasas y ofreces como dulce vino
(patrañero)...
Los murciélagos de tus grutas han despertado
con membranas de muerte,
falanges de sed y hambre.

La brutalidad
de tu futilidad
te ha vencido
te ha festinado las entrañas
te ha lacerado el espíritu
te ha llevado a una vidorria,
a un sinsentido.

El aprieto por fugarte de lo que dispuse para tu futuro
ha arrasado con todas tus energías.
Hoy el sol ha explotado,
lejano,
en tus ojos
y ha empezado tu Apocalipsis, el más duro.

Cuando yo soy dios,
todos mueren.

28ENE2007

No hay comentarios.:

Publicar un comentario